Cuatro razones por las que la inversión social será un motor de la sostenibilidad a largo plazo
Puntos clave:
- El componente «social» de los criterios ESG está atrayendo niveles de escrutinio cada vez mayores como resultado del cambio climático, el aumento de la división política y la brecha de riqueza.
- Gobiernos, empresas, consumidores e inversores están tomando medidas para nivelar las desigualdades sociales.
- Se están abordando numerosos problemas y temas a través de estrategias de inversión de impacto social, como educación, vivienda e infraestructura, atención sanitaria y servicios financieros.
En lo que respecta a la inversión en factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), el centro de atención ha sido siempre la «E», especialmente en los últimos años, ya que el interés se ha intensificado en la emergencia climática.
Sin embargo, el aspecto «social» está atrayendo mayores niveles de escrutinio y oportunidades. Las transformaciones mundiales desencadenadas por el cambio climático, el aumento de la división política y la creciente brecha de riqueza han acelerado este enfoque. A pesar de los avances de la humanidad, la desigualdad social está en aumento, al igual que los efectos potenciales en las economías, las empresas y, en última instancia, en las carteras de inversión. El Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas (ONU), que vigila factores como la esperanza de vida, la educación y la renta per cápita, ha constatado que en los dos últimos años nueve de cada 10 países han retrocedido.[1 ]
Según el informe, las principales causas han sido la pandemia, la crisis de Ucrania y el cambio climático, y ahora con la inflación desbocada en el mundo, la brecha de desigualdad se está ampliando aún más.
La ONU afirmó: «Juntos, están alimentando una crisis del coste de la vida en todo el mundo, pintando un panorama de tiempos inciertos y vidas inestables».[2 ] Creemos que este contexto difícil podría constituir un riesgo importante para los inversores, mientras que una respuesta exitosa puede brindar oportunidades.
Aumento social
La desigualdad económica ha reducido los ingresos del 99% de la población mundial y ha llevado a más de 160 millones de personas más a la pobreza, según Oxfam International.[3 ] Por tanto, no es de extrañar que hayamos visto cómo los gobiernos, las empresas, los consumidores y los grupos de inversión toman medidas en un intento por nivelar las desigualdades sociales.
Entre las medidas gubernamentales encontramos el aumento del gasto sanitario o un mayor apoyo a los trabajadores; las empresas, por su parte, han mejorado los beneficios que se ofrecen a los empleados y han introducido políticas laborales más flexibles. Los consumidores están prestando cada vez más atención a las marcas de consumo y a sus credenciales sociales, de la misma manera que podrían considerar la huella de carbono de una marca.
Hemos asistido a un aumento de nuevos productos que tienen como objetivo el impacto social a través de las mejores empresas, así como la aparición de bonos sociales como medio para financiar una amplia variedad de proyectos sociales. Cada vez más, los inversores quieren saber cómo su dinero puede orientarse hacia resultados sociales positivos y buscan invertir y comprometerse con empresas que ayudarán a impulsar el progreso humano. Para nosotros, invertir en el aspecto «social» consiste en resolver problemas; se trata de abordar las necesidades insatisfechas de una manera que pueda proporcionar potencialmente retornos para los inversores responsables.
A continuación, examinamos cuatro temáticas clave que se abordan a través de estrategias de inversión de impacto social: educación, vivienda e infraestructura, atención sanitaria y servicios financieros. La demanda puede verse impulsada por varios factores, como el aumento de las clases medias en los mercados emergentes, mientras que la democratización de la tecnología ha permitido el acceso a partes de la población que estaban desatendidas.
Educación
La educación mejora los medios de subsistencia e incluso la esperanza de vida. Lo que es más, a nivel nacional, contribuye a la estabilidad social y estimula el crecimiento económico a largo plazo. Sin embargo, unos 57 millones de niños de primaria no van al colegio y el 60% de los niños y adolescentes ni siquiera alcanzan un nivel mínimo de competencia en lectura y matemáticas.[4 ]
Según el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, para alcanzar el objetivo de la finalización universal de la educación secundaria en 2030, los países de renta baja y media/baja deben aumentar su gasto anual cada año de 149.000 millones de dólares (en 2012) a 340.000 millones de dólares en 2030; es decir, el 6,3% de su producto interior bruto (PIB).[5 ] El informe señaló que anualmente de los 4,7 billones de dólares gastados en educación a escala mundial, solo el 0,5% se destina a países de renta baja, mientras que el 65% se gasta en países de renta alta, a pesar de tener un número similar de niños en edad escolar.[6 ]
El desafío de la educación es doble: el primero es ampliar el acceso y atraer a las personas, jóvenes y mayores, de manera equitativa y continua. En segundo lugar, desarrollar métodos de aprendizaje de calidad y eficaces. Por ende, creemos que están surgiendo nuevos actores, especialmente en tecnologías educativas, que ofrecen a los estudiantes soluciones de bajo coste para un aprendizaje más eficaz y personalizado.
Algunas empresas están tratando de aprovechar esta temática. La plataforma de apoyo a estudiantes en línea Chegg, cuyo objetivo es ofrecer servicios asequibles, cuenta con 5,3 millones de suscriptores; otro ejemplo es IDP Education, que realiza operaciones en más de 50 países y ayuda a los estudiantes de los mercados emergentes a aprender inglés y los coloca en universidades de todo el mundo.[7 ] [8 ]
Vivienda e infraestructura
El suministro de viviendas e infraestructuras decentes para todas las personas sigue siendo un reto importante. La mitad de la población mundial (unos 3.500 millones de personas) vive en ciudades y se espera que esta cifra ascienda a 5.000 millones para 2030. Para 2070, se espera que el 70% de las personas vivan en asentamientos urbanos.[9 ]
Este contexto de rápida urbanización está ejerciendo cada vez más presión sobre el abastecimiento de agua dulce, las aguas residuales, el ámbito de vida y la salud pública. Hoy en día, unos 828 millones de personas viven en barrios marginales, la mayoría de ellos en Asia oriental y el Sudeste Asiático.[10 ]
Las estimaciones muestran que el requisito anual total en el mundo para la inversión en infraestructuras es de aproximadamente 3,9 billones de dólares.[11 ]
Los mayores retos, y creemos que oportunidades, residen en los mercados emergentes: el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) estima que unos 1,7 billones de dólares tendrán que invertirse anualmente en infraestructuras en toda Asia hasta el año 2030 para que la región mantenga su crecimiento económico, elimine la pobreza y aborde con éxito el cambio climático.[12 ]
En particular, en 2022, los países del G7 prometieron recaudar 600.000 millones de dólares para financiar infraestructuras en los países de renta media y baja.[13 ] La Asociación para la Infraestructura Global y la Inversión sacará dinero de fondos públicos y privados durante cinco años y su objetivo será abordar el cambio climático, mejorar la salud global, construir infraestructura digital e impulsar la igualdad. Pero los problemas relacionados con las infraestructuras y la vivienda no solo se encuentran en los mercados en desarrollo. En EE. UU., el coste de una casa móvil representa aproximadamente dos veces el salario anual medio, mientras que una casa tradicional costará alrededor de siete veces más.[14 ]
Numerosas empresas ya operan y están creciendo en el ámbito de la vivienda asequible, como el grupo estadounidense Sun Communities, cuyo objetivo es proporcionar viviendas de calidad y bajo coste en el sur y el medio oeste del país, y la empresa alemana TAG Immobilien, que opera en el segmento de alquileres bajos.
Atención sanitaria
Una población saludable es esencial para el desarrollo sostenible. El COVID-19 ilustra claramente que si no proporcionamos una atención sanitaria y una prevención de enfermedades de calidad para todos, arriesgamos nuestra propia salud y nuestra prosperidad económica futura. Según la OCDE, se espera que el gasto en salud pública en los países desarrollados alcance casi el 9% del PIB para 2030, antes de subir al 14% para 2060.[15 ]
Por lo tanto, no es de extrañar que una de las principales prioridades para los gobiernos y las personas sea obtener un mejor acceso a una cobertura médica de calidad y limitar el coste para la sociedad, especialmente dado el envejecimiento de la población mundial.
Afortunadamente, hay numerosas empresas que, en nuestra opinión, ofrecen soluciones en constante evolución a los desafíos sanitarios del planeta. Por ejemplo, la biotecnológica Regeneron crea y desarrolla medicamentos para las personas con graves afecciones como las enfermedades oculares degenerativas que provocan ceguera, así como enfermedades infecciosas y otras enfermedades raras.
Por otro lado, la empresa mundial de ciencias de la vida y cuidado del consumidor Croda, que opera en 39 países, está proporcionando soluciones clave, como productos químicos especializados y sistemas de administración de medicamentos para el sector sanitario.[16 ]
Además, los avances realizados en las últimas décadas en lo que respecta al progreso tecnológico ahora permiten plantearse una medicina más accesible, más eficaz e incluso más personalizada.
Este entorno ha ayudado a impulsar el denominado fenómeno de la telemedicina, donde los servicios y la información relacionados con la salud se distribuyen y gestionan electrónicamente. Creemos que estos servicios virtuales pueden ayudar a aliviar los sistemas médicos congestionados, reducir los costes de salud y fortalecer la medicina preventiva reduciendo las barreras de acceso. Según McKinsey, el uso de la telemedicina es ahora 38 veces superior a los niveles anteriores a la pandemia.[17 ]
Inclusión financiera y digital
La brecha digital sigue siendo un obstáculo importante. Un informe de Naciones Unidas de 2022 encontró un creciente «cañón de conectividad» entre lo que denominaba la «hiperconectividad» y la «carencia digital», con más de un tercio de la población mundial todavía totalmente desconectada. [18 ]
No tener acceso a Internet puede tener graves implicaciones para la educación, encontrar empleo, la atención sanitaria, el emprendimiento y mucho más, frenando el crecimiento económico y profundizando las desigualdades sociales y globales.
El Informe sobre la conectividad mundial de 2022 de Naciones Unidas reveló que 2.900 millones de personas no tienen acceso a Internet y cientos de millones más solo pueden acceder a un servicio de Internet caro y de mala calidad.
Además, alrededor de 1.700 millones de adultos no tienen una cuenta bancaria, lo que significa que es poco probable que puedan ahorrar de forma segura o tener acceso a créditos de emergencia.[19 ]
La inclusión financiera significa que las personas y las empresas tienen acceso a productos y servicios financieros útiles y asequibles que satisfagan sus necesidades (operaciones, pagos, ahorros, créditos y seguros) prestados de forma responsable y sostenible. Garantizar que Internet sea accesible para la mayoría de las personas en los próximos cinco años necesita 2,1 billones de dólares de inversiones, según el Foro Económico Mundial.20
En el centro de la cuestión se encuentra el acceso a la tecnología y la infraestructura necesarias para crear la conectividad. Si bien el coste de los smartphones y los dispositivos digitales está disminuyendo en términos reales, conectarse a Internet sigue siendo caro en algunas economías en desarrollo. La empresa británica de telecomunicaciones Helios Towers está tratando de abordarlo mediante la construcción y operación de torres de telecomunicaciones en países africanos, brindando servicios de voz y datos muy necesarios a personas y empresas en zonas con poca o ninguna infraestructura de línea fija.
Sostenibilidad social
En nuestra opinión, es vital que invirtamos en empresas que aborden las necesidades de las personas desatendidas; consideramos que el impacto social positivo es un filtro para identificar empresas que puedan generar rendimientos financieros superiores a largo plazo. Existen muchas oportunidades para invertir en empresas que, en nuestra opinión, tienen un alto potencial de crecimiento, dado que abordan importantes necesidades sociales insatisfechas en torno a la educación, la vivienda y la infraestructura, la atención sanitaria y los servicios financieros.
Creemos que la inversión de impacto social no solo es una oportunidad de inversión para un crecimiento sostenible y rentable, sino también una oportunidad real para invertir en nuestra sociedad y para las generaciones futuras.
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