Perspectivas de inflación para 2025: Elevada y podría aumentar
Tras desaparecer del radar de riesgo de los inversores hace 12 meses, la inflación ha vuelto a ser el foco de atención con unas expectativas de elevadas presiones sobre los precios a lo largo de 2025. Los principales impulsores son:
- Inflación de los servicios: con una fuerte demanda en los sectores de servicios y las actuales restricciones del mercado laboral, se espera que la inflación de los servicios se mantenga elevada y se aleje gradualmente de los niveles actuales.
Figura 1: Tasa global de inflación subyacente y de servicios, % interanual
Fuente: LSEG Datastream, a 5 de diciembre de 2024
- Mayor apoyo fiscal: los gobiernos de todo el mundo anunciaron un aumento de la emisión de deuda para el próximo año con el fin de respaldar la actividad y el consumo, lo que probablemente seguirá sosteniendo la inflación en 2025.
Impacto de Trumponomics
La agenda fiscal propuesta por el presidente Donald Trump es inequívocamente inflacionista, lo que refleja el aumento del gasto público y las reformas fiscales pensadas para estimular la actividad económica. Donald Trump ha debatido los temas económicos clave para un segundo mandato: migración, aranceles, relajación fiscal y desregulación.
Sin embargo, consideramos que los aranceles y las restricciones migratorias son perturbaciones de la oferta y que la relajación fiscal es un impulso de la demanda. Es probable que esto provoque una reaceleración de la inflación en Estados Unidos, tal vez de forma brusca en función de la magnitud y el ritmo de los aranceles. Prevemos un llamativo 2,8% de inflación en 2025, muy por encima de las expectativas del mercado.
En cuanto al crecimiento, dependiendo de la reacción de los mercados financieros, esperamos que la actividad estadounidense se mantenga sólida en 2025, por debajo del firme 2,8% previsto para 2024, pero probablemente por encima de la tendencia en el 2,3% para 2025. Sin embargo, suponiendo que las políticas de Trump se apliquen de forma general en 2026, esperamos que el crecimiento se resienta en 2026 hasta el 1,5%.
En otras regiones, las perspectivas se matizan aún más
En el Reino Unido, por ejemplo, se espera que la inflación general alcance una media del 2,5% en 2025, con presiones adicionales sobre los precios derivadas de los ajustes fiscales descritos en los últimos presupuestos. Sin embargo, el panorama de crecimiento seguirá siendo lento, ya que el gasto de los hogares sigue siendo moderado.
Por último, se prevé que la inflación del bloque del euro no alcance el objetivo del 2% del Banco Central Europeo durante gran parte de 2025 y 2026, lo que refleja un crecimiento salarial moderado y desafíos estructurales. Estas perspectivas ya están descontadas en los mercados, lo que limita las sorpresas para los inversores.
Ante esta dinámica, los breakevens de inflación (expectativas de inflación) siguen siendo bajos, especialmente en Estados Unidos y el Reino Unido, lo que ofrece oportunidades tácticas atractivas a los inversores preocupados por la inflación. Sin embargo, nos decantamos por operaciones con tipos reales a largo plazo.
Oportunidades de inversión: real como la vida misma
Como se esperaba, los bancos centrales del G10 realizaron recortes de tipos en 2024, lo que supone un notable cambio respecto al agresivo endurecimiento monetario de los últimos años. Este ciclo de relajación, pensado para contrarrestar los obstáculos al crecimiento y controlar los riesgos de recesión, se produjo en respuesta a la disminución de las presiones inflacionistas a corto plazo. Sin embargo, la reacción del mercado general puso de relieve una divergencia en la dinámica de los tipos, especialmente en los rendimientos a largo plazo.
2024 fue, en efecto, una historia de dos caras: Si bien los bancos centrales recortaron los tipos de interés a corto plazo, los rendimientos a largo plazo cerraron el año considerablemente al alza, una evolución que sorprendió a muchos, debido a la obstinadamente elevada inflación. Esperamos que la volatilidad de los tipos se mantenga hasta que los participantes del mercado tengan más claridad sobre la implantación de la agenda de Donald Trump, pero es probable que esto ocurra en los primeros meses del año.
Sin embargo, dado que se espera que el dinamismo del crecimiento se desvanezca a medida que las políticas fiscales pierdan fuelle, las posiciones de larga duración en tipos reales presentan una oportunidad atractiva. Los tipos reales se encuentran en terreno positivo en todos los mercados y creemos que este nivel sigue siendo restrictivo. A medida que el crecimiento se ralentiza y la inflación se estabiliza, las posiciones largas en tipos reales están preparadas para ofrecer sólidos retornos.
La interacción entre las decisiones políticas, las expectativas de inflación y la dinámica de la deuda está configurando un complejo panorama de inversión para 2025. Mientras que los tipos a largo plazo desafían los patrones tradicionales, las oportunidades selectivas en los breakevens y los tipos reales ofrecen valor. Los inversores deberían seguir siendo ágiles, navegando por un entorno económico en evolución con la vista puesta en las tendencias de crecimiento e inflación a largo plazo, la variable que esperamos que se mantenga «más alta durante más tiempo».
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