Actualización Flash del mercado con Alessandro Tentori
En todo el mundo está en marcha un proceso de revisión de las estimaciones de crecimiento e inflación. No sólo las grandes instituciones como la OCDE y el FMI, sino también las casas de inversión individuales -bancos y gestoras- están cambiando sus perspectivas para 2023.
La recesión en Estados Unidos ya no es tan probable como parecía hace unos meses. La misma historia para Europa, donde los diversos índices de confianza regionales como el PMI están sorprendiendo por el lado positivo.
La inflación está resultando ser más "pegajosa" como se dice en la jerga, y necesitará más atención por parte de los bancos centrales. Nos enfrentamos a una calidad de la inflación muy diferente de la inflación a la que nos hemos enfrentado en el pasado. No sólo por razones relacionadas con la epidemia de Covid y los efectos de la reapertura, sino también por razones a más largo plazo como la demografía en China, la fragilidad de las cadenas de suministro y - no menos importante - la transición ecológica y las incertidumbres que conlleva.
En los mercados, se mantiene el mantra "buenas noticias para la economía = malas noticias para el mercado", en el sentido de que una economía que no entre en recesión permitiría al banco central concentrarse en la gestión del riesgo de inflación, sin tener que hacer frente a los costes colaterales de una política de endurecimiento monetario (es decir, un aumento del desempleo). De ahí la reacción negativa de los mercados tanto de renta variable como de renta fija ante cada episodio de revalorización de las expectativas de subidas de tipos. Obviamente, los mercados mundiales son más sensibles a las expectativas de la Fed que a las del BCE.
Nuestra asignación de activos tiene en cuenta la mejora del escenario macroeconómico y los riesgos de una inflación superior al objetivo durante un periodo de tiempo más largo de lo previsto actualmente. De ahí nuestra preferencia por los vencimientos más cortos en las inversiones en renta fija y por un enfoque muy equilibrado entre valor y crecimiento en las inversiones en renta variable. En particular, la forma de las curvas de rendimiento de los bonos (muy planas y en algunos casos incluso invertidas) no recompensa a los inversores que se aventuran en vencimientos largos. Por último, se presta mucha atención a las divisas, que podrían moverse mucho en función de la política monetaria regional, como ya se vio a finales de 2022 en el mercado japonés.
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