¿Qué son los bonos de corta duración?
Vencimiento frente a duración
El vencimiento es simplemente el número de años que quedan hasta la devolución del capital del bono. La duración tiene en cuenta el vencimiento, pero también los tipos de los cupones y el rendimiento del bono. Cuando se incluyen los cupones, el número de la duración del bono (en años) será siempre inferior al número de vencimiento. En general, los bonos con vencimientos más cortos o cupones más altos tendrán duraciones más cortas.
¿Qué indica la duración?
La duración se considera un indicador de uno de los riesgos principales de la inversión en renta fija: el riesgo de tipos de interés. El cálculo de la duración mide fundamentalmente la sensibilidad del valor de los futuros flujos de caja a las variaciones de los tipos de interés. Cuanto menor sea la duración de un bono, menos cambiará el precio del bono cuando los tipos de interés varíen, por lo que los bonos de corta duración están menos expuestos al riesgo de tipos de interés.
¿Por qué es útil la duración?
La duración es una herramienta sumamente útil para ayudar a gestionar el riesgo de una cartera de renta fija. En primer lugar, permite al gestor de la cartera comparar la sensibilidad al riesgo y la posible volatilidad de precios de los bonos con diferentes rendimientos, precios, cupones y vencimientos. Además, dependiendo de la opinión del gestor sobre los tipos de interés, la duración media de la cartera puede ajustarse según corresponda, reduciéndose si se prevé una subida de tipos (es decir, comprando bonos a más corto plazo) o incrementándose si se prevé una rebaja de tipos.
Motivos para plantearse una estrategia de corta duración
Tradicionalmente, los ahorradores solían recurrir a dos áreas para fuentes de rentas de bajo riesgo: los tipos de interés de los depósitos bancarios o los títulos de deuda pública emitidos por los gobiernos más solventes. El problema es que actualmente ninguna de estas opciones ofrece mucho en término de rentas.
Como resultado, muchos han sentido la necesidad de aumentar el riesgo en busca de mayores rendimientos. Para los inversores más precavidos, esta solución puede obligarles a asumir más riesgo del que les resulta cómodo en un entorno de mercado incierto. Las estrategias de corta duración constituyen una posible vía para eliminar parte de esta incertidumbre y reducir la volatilidad.
Para los inversores precavidos dispuestos a asumir algo de riesgo de crédito, los bonos de corta duración ofrecen la posibilidad de proporcionar rentas más atractivas que las que ofrecen actualmente los depósitos o la deuda pública considerada como valor refugio, a la vez que tienen como objetivo minimizar el riesgo de tipos de interés y una volatilidad moderada.
Los bonos de menor duración son menos sensibles a las variaciones de los tipos de interés y, por tanto, suelen ser menos volátiles en un entorno de cambios en los tipos. Además, los flujos de caja de los bonos con vencimiento frecuente podrían proporcionar una mayor liquidez que los bonos a más largo plazo, con la posibilidad de reinvertirse periódicamente a rendimientos más altos en el mercado.
Naturalmente, las estrategias de corta duración no están totalmente libres de riesgo, sino que suponen un paso intermedio entre el efectivo y los activos de mayor riesgo, pero con una menor volatilidad que el crédito de mayor duración. Esto puede constituir una manera más prudente de lograr crecimiento del capital y mayores rentas en segmentos más arriesgados, como los bonos corporativos high yield a corto plazo o los bonos corporativos de mercados emergentes.
AXA Investment Managers ofrece una gama de estrategias de corta duración para satisfacer sus necesidades.
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